viernes, 18 de enero de 2019

Seguridad desde la Teoría Polivagal


Hablando de Seguridad, la propuesta desde la teoría polivagal es un modelo de seguridad y confianza desde la neurofisiología. Puede haber una creencia de que la seguridad se alcanza eliminando la amenaza, pero no es así. En realidad se logra con la sensación de estar a salvo, que podría parece lo mismo pero no lo es.
Hablando desde la vida cotidiana, la sensación de estar a salvo se da por 3 elementos:
1)   No debe estar en estado de defensa el sistema nervioso autónomo
2)   Debe estar activo el sistema de conexión social, inhibiendo el sistema de Huida o lucha que se activan desde el sistema nervioso simpático.
3)   Detectar signos o señales de seguridad, como expresiones faciales, tonos de voz, gestos o movimientos corporales positivos, etc) a través de la neurocepción.
Estos indicios de seguridad podrán limitar las reacciones defensivas.
Este rango homeostático logrado es llamado “La ventana de la tolerancia” (ver Ogden, 2006. Siegel 1999).
Lograr un entorno de seguridad en el ámbito terapéutico es una condición indispensable aunque no suficiente, para la eficacia en el tratamiento. Puede suceder que, el no tomar en cuenta determinados indicios perturbadores del estado de seguridad (como pueden ser en el ámbito del consultorio donde se lleve adelante la terapia, elementos perturbadores como ruidos de la calle, sistemas ruidosos de ventilación, ruidos de ascensores, voces, etc) se activen estados defensivos por medio de la neurocepción, que interfieran en el proceso terapéutico y del que deberemos tomar en cuenta. 

 Lic. María Elena De Filpo Beascoechea

Licencia: Todos los derechos reservados

Ilustración: Derechos deTute Consultas al Tel: +34 91 314 3141-+34 650 668 663
Colaborador en Bs: As. (Argentina): Lic. Juan Walsh +54 11403 633 71

miércoles, 16 de enero de 2019

La importancia de sentirnos seguros desde la Teoría Polivagal



El sentimiento de seguridad nos permite explorar con tranquilidad, lograr el despliegue en nuestra creatividad y socialmente, hasta poder ser más empáticos y solidarios, ya que no estamos en estado de alerta sino que tenemos espacio mental y afectivo para comprender estados afectivos de los demás al mismo tiempo que tener disponibilidad para escuchar, ayudar, apoyar al otro.
La teoría Polivagal de Stephen W. Porges, identifica como principio organizador, los circuitos neuronales que fomentan el comportamiento social y dos clases de estrategias defensivas: una de movilización (lucha o Huida), y otra de inmovilización (acción de esconderse o fingir estar muerto)
Existe una conexión entre la cara y el corazón que promueve el comportamiento social: ¿qué quiere decir esto? Que la regulación neuronal de los músculos estriados de la cara y craneales está vinculada con la regulación neuronal del corazón y por tanto la conexión de la cara y el corazón proporciona un sistema integrado de conexión social, implica y proyecta rasgos de “seguridad”.
¿Cuáles son estos rasgos proyectados?
Expresiones faciales, el modo en que miramos, escuchamos, vocalizamos transmiten al otro si somos confiables, si es seguro acercársenos.
En la crianza, muchas veces se le da más importancia a los pensamientos que a las sensaciones corporales de seguridad. Es importante en la crianza, mejorar, no solo los procesos cognitivos y mentales sino también la detección y validación de las sensaciones corporales, identificación de estados emocionales y de esquemas de funcionamiento procedimentales pre-simbólicos.   

 Lic. María Elena De Filpo Beascoechea

Licencia: Todos los derechos reservados

Ilustración: Derechos deTute Consultas al Tel: +34 91 314 3141-+34 650 668 663
Colaborador en Bs: As. (Argentina): Lic. Juan Walsh +54 11403 633 71

viernes, 16 de noviembre de 2018

Buenos Tratos

Viñeta deTute
Desde nuesto "Proyecto Piuquén" trabajamos en la construcción de un mundo donde los buenos tratos sean una de las bases fundamentales, contribuyendo a la consolidación de modelos de relación y modos de estar con los otros, repetuosos. Compartimos la campaña Cambiá el trato, llevada adelante por la Fundación Avon (Argentina) para la mujer
Spot 1
https://www.youtube.com/watch?v=mNiAep5rDgE#action=share

https://www.youtube.com/watch?v=efcSDhtg5mc

https://www.youtube.com/watch?v=AP9AkdMHzyg

Lic. María Elena De Filpo Beascoechea
Licencia: Todos los derechos reservados
marieladfb@gmail.com

Consultas al Tel: +34 91 314 3141-+34 650 668 663
Colaborador en Bs: As. (Argentina): Lic. Juan Walsh +54 11403 633 71
Ilustración: viñeta de TUTE

viernes, 29 de diciembre de 2017

Feliz 2018 !!!!

Desde mi Centro de Psicoterapia Psicoanalítica y Proyecto Piuquén, trabajaremos para que en el nuevo año, 2018, haya en el mundo más niños con posibilidades, con inclusión, con respuesta sensible de los adultos, por contribuir a consolidar una red de buenos tratos para un mundo transmisor de valores esenciales que el ser humano necesita para vivir en salud, con trabajo y en paz.

sábado, 17 de junio de 2017

:Las “mentiras” en los niños. Un análisis necesario para padres y docentes.  


En estas líneas abordaré el acto de mentir en los niños desde un punto de vista general y luego, desde una perspectiva particular, cómo la vemos los adultos, y cómo impacta en nosotros.


La importancia de poder, como adultos, analizar y descubrir las motivaciones por las cuales un niño acude a la mentira como medio o instrumento para lograr algo.
Y por último, entenderla desde dentro de la mente de un niño y el por qué de ellas: cómo a una misma conducta mentirosa pueden corresponder diferentes motivaciones.

En términos generales:

Desde la perspectiva del adulto podemos señalar que la mentira es un acto social.
El fin es engañar al otro. Por eso se distingue del error.
En lo que entendemos por acto mentiroso, por parte del que lo lleva a cabo podemos decir que hay intención de mentir.
Y lo importante es que para que sea una mentira, el otro no debe darse cuenta. Mintiendo se infringe la regla.
Señalamos dos condiciones para la construcción de la mentira: Conocer lo real y construir lo imaginario (para construir la fábula de la mentira se necesita la imaginación)

Si queremos responder más adecuadamente al acto mentiroso de un niño, debemos por un momento dejar de lado el aspecto moral de la mentira.
Con esto quiero decir que en la vida cometemos mentiras de todo tipo que no parecen tener fines reprobables o motivaciones condenables, sino más bien dignas de comprender para saber cómo actuar en consecuencia.

Como adultos, lo que más nos preocupa es la violación de las reglas y el orden establecido socialmente que se genera con la mentira, Y por sobre todo, que se debilita la confianza en una relación.
Podemos decir que la mentira entonces, atenta contra la franqueza de la relación. Es una trasgresión al encuentro de esas personas. Por eso es un factor disolvente en las relaciones.

Seguramente, a muchos padres/madres les inquieta  la actitud del niño, que mintiendo rehuye los deberes, o sea "La disposición de conciencia" del que miente.

Como esquema general podemos decir que el que miente cambia la situación cuando la reacción lógica le parece desventajosa, presentando gracias a la mentira, una situación más favorable para él.

Desde el punto de vista del que miente, existen muchas variantes para analizar:
Por ejemplo: Se puede mentir  para evitar una sanción por una falta cometida, para huir de un peligro.

Cuando se miente para disimular una acción reprobable, se puede entender como un sentimiento de nostalgia por la inocencia, una tentativa para escapar al sentimiento de culpabilidad. Quizás se de en aquellos niños más necesitados de protección en edades en que se espera de ellos más responsabilidad.  

En otras ocasiones: el que miente no trata de ocultar, sino más bien busca ventajas. Es el caso del  que miente para demostrar que es más valioso. Puede hacerlo por ejemplo, con sus calificaciones en la escuela o con hechos ejemplares que no ha realizado. Busca reconocimiento y utiliza la mentira para lograrlo. 

Podemos decir que uno de los beneficios del mentir estaría dado por poder anticipar de alguna manera el éxito sin arriesgarse, eliminando el factor sorpresa que no  garantiza el éxito de aquello que se quiere conseguir.

En los niños menores de tres y cuatro años, podríamos hablar de pseudo-mentiras. Esta es una originalidad del pensamiento infantil.
Si no las tenemos en cuenta como prefigura en un estadio precoz, esto nos llevará a confundirlas por su aspecto exterior, con las mentiras condenables moral y socialmente y a obrar de  un modo no adecuado.

Las Pseudo-mentiras y las motivaciones

Desde la perspectiva del adulto

Las pseudo mentiras son como las mentiras, afirmaciones contrarias a la realidad por lo menos a la imagen que el adulto tiene de la realidad.
Es común que se presenten como afirmaciones o negaciones improvisadas, tratando de invertir la evidencia, los datos de la situación. Como el caso de un niño que ha sustraído un objeto, y dice que el  objeto que tiene en la mano, no lo ha tomado él, o acusa al hermano de ello.
La pseudo mentira tiene aparentemente, un carácter lúdico del cuál debemos sospechar.
La imaginación está en juego muy directamente. El niño obra conforme a sus deseos, con el fin de conseguirlos, y también por su imaginación e imitación.
Si escucha que los padres dicen por ejemplo “Dí que no estoy”, al atender una llamada, para que la cena no se enfríe, será posible  que responda a la pregunta de si se ha lavado las manos antes de comer, que sí lo ha hecho aunque sea mentira, con el fin de que no se le enfríe la comida. Pero puede ser que en este momento no esté experimentando que está cometiendo una falta.

Nos parece que la imaginación puede ser creadora, pero nos olvidamos de sus fuentes. La sugestión, la imitación, el material primario, somos también nosotros, los adultos y nuestros mensajes.

Muchas veces nos apresuramos en formular juicios, partiendo sólo de evidencias externas, que tienen para nosotros una determinada significación, pero que quizás no sea la que es para el niño.

Podríamos pensar que si un niño miente de un modo impulsivo, con espontaneidad, y sin poder casi medir las consecuencias, quizás esté en un primer momento del camino que deberá recorrer hasta llegar a ser una persona con noción de falta y responsabilidad. Los adultos tenemos previsión, pero los niños no nacen con ella. 
Cuando esto ocurra, podrá elegir obrar de un modo u otro, y evaluar las consecuencias de lo que está haciendo. , 
Si nos conducimos con las pseudo mentiras como si el niño fuera plenamente capaz de medir las consecuencias, de seguir el trayecto pleno de su incidencia sobre su personalidad y sobre sus relaciones sociales, o su sentido moral, nos adelantamos a juzgar antes de acompañar, escuchar y guiar.

Desde la mente del niño:

Desde otra perspectiva, si tratamos de entrar en la mente de un niño,
Yo diría que a veces estamos frente a un niño que "parece mentir".
Esta reflexión nos pueda servir para aprender a esperar, no juzgar  apresuradamente y diferenciar mentiras de pseudo mentiras o sea de aquello que parece una mentira pero no lo es en sí mismo.
Para comprender y saber cómo conducirnos ante una acción “mentirosa”, lo importante es detectar la motivación que activó dicha mentira en el niño.

La mentira tiene mucho de imaginación, pero no toda imaginación es una mentira.
Para que se hable de mentira, el que miente sabe que engaña al otro.

Motivaciones del mentir o Pseudomentir

Podemos señalar que analizar y encontrar las posibles motivaciones que llevan a un niño a mentir o a pseudo mentir nos permite acompañarlo en el desarrollo o maduración afectiva con la idea de que el intercambio modula y recrea.

Los niños pequeños ven muy ventajoso el beneficio inmediato de la mentira o pseudo mentira porque aún no pueden anticipar tanto las consecuencias.

Si un niño de dos ó tres años “miente” y se ríe con nosotros porque somos cómplices de su “mentira” y nos reímos con él  porque lo que dice es evidentemente una mentira, está jugando con nosotros y a través del juego, nosotros también podemos organizar, limitar zonas, explicar.

También podemos decir que con una pseudo mentira un niño puede buscar acercamiento afectivo. Es el caso de una niña pequeña que decía vivir en la empresa donde trabajaba su mamá. Lo que expresaba ¿era una mentira? O ¿a través de lo que contaba, imaginaba una idea que le hacía sentir más cerca de ésta y además le permitía elaborar la ansiedad que la invadía cada vez que la madre se iba al trabajo?
Con esta pseudo mentira o idea fantaseada podía tolerar la ansiedad de separación y sentirse unida afectivamente a la madre en su ausencia.

Hay mentiras con las que el niño se ha dado cuenta que se asegura algo. Es el caso del niño que miente porque sabe que así se evita un castigo, o aquél que dice no tener tarea para asegurarse la tarde libre.

Otra motivación muy importante y frecuente es aquella mentira que tiene que ver con el sentimiento de grandiosidad. Es una mentira que les permite sentirse libres de la humillación del sometimiento al adulto. Son los casos por ejemplo de niños que dicen haber obtenido una buena calificación en la escuela, pero no para evitar el castigo que ello podría ocasionar, sino para sentirse grandes y poderosos frente a un sentimiento de humillación por el fracaso.
Parece difícil pensarlo pero estas motivaciones de la conducta son inconscientes, y operan en el niño llevándolo a actuar de determinada manera.
 
Muchas veces, los niños nos mienten a los adultos para evitarnos sufrir. Para evitar un daño. Tienen la idea de que algo nos hará sentir mal, y nos mienten para evitarlo. Si comprendemos el móvil, nuestra actitud con ellos a la hora de actuar será muy diferente.

Ejemplos de diferentes motivaciones que activan la conducta mentirosa:

Tres motivos diferentes para una misma conducta mentirosa:

Un niño niega que le hayan entregado las calificaciones en la escuela:
1- Por temor al castigo.
2- Por no disgustar a los padres, como forma de cuidado hacia ellos.
3- Por no decepcionarlos manteniendo así su imagen frente a ellos.


Otro ejemplo, otra motivación:

Un niño es interrogado por su maestro frente a su clase y responde que no sabe.
Por un sentimiento de vergüenza puede decir que no sabe algo para no hablar en público cuando en realidad sí conoce la respuesta.


Para finalizar,  aunque podríamos continuar enumerando motivaciones, lo importante es destacar, que no es la "mentira" lo que hay que tratar en sí, ya que la mentira es un medio. Lo que tenemos que intentar descifrar son los motivos. Debemos llegar al móvil de la mentira y trabajar sobre ello.

Si tenemos en cuenta las motivaciones que conducen a un niño a la mentira, podremos evitar ejercer “violencia” sobre él. Esta violencia consiste en adjudicarle una intencionalidad y un sentido a sus conductas sin tener en cuenta las verdaderas motivaciones que lo llevaron a mentir. A partir de aquí, serán más adecuadas las medidas que tomemos y nuestra intervención como adultos.






Publicado en Boletín revista ConViviendo: Revista “ConViviendo” Publicación one line del Grupo ConVivir Año IV Nº 24 Diciembre del 2007






Autora: Lic. María Elena De Filpo Beascoechea
Todos los derechos reservados