El amigo imaginario representa un fenómeno conocido de la infancia y al que Marjorie Taylor estudió realizando entrevistas a niños y sus padres a través de preguntas específicas. A través de dicho estudio ha corroborado que los niños con amigos imaginarios no son ni más geniales, ni más brillantes, ni más creativos, ni más tímidos ni es signo de patología.
El amigo imaginario no es producto de la angustia ni del trauma. Puede ser utilizado para solucionar algún problema pero la mayoría parece constituir una diversión para su creador.
Los niños con compañeros imaginarios, saben que lo son, conocen bien la diferencia entre realidad y ficción en general.
Taylor también comprobó que, cuando los niños se hacen mayores (10 años), los compañeros imaginarios creados alrededor de los 4 años, se sustituyen en muchos casos, por una nueva actividad imaginaria: los paracosmos, que más que personas son sociedades imaginarias. Los paracosmos son universos con lenguas, geografía e historia propias.
En el próximo post: ¿Por qué los niños crean compañeros imaginarios?
Lic. María Elena De Filpo Beascoechea.
Licencia: Todos los derechos reservados.
Fotografía: Mariela De Filpo Beascoechea
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