martes, 23 de febrero de 2016

La capacidad de estar solo o a solas

La capacidad de una persona de estar solo o a solas, es un logro a construir con la ayuda de los intercambios relacionales cuando somos infantes. Winnicott nos habla de esta capacidad, que aparece después del establecimiento de las relaciones bipersonales. La experiencia básica para lograrla, es la experiencia de estar a solas, en la infancia y la niñez, en presencia de la madre (llamamos madres a quien ejerza de cuidador del niño) sostenedora y confiable, equivalente a un ambiente con esas características. Es una experiencia de relacionalidad del yo (relación entre dos, donde uno está a solas) La madre, el padre o cuidador/a está disponible, y permite al niño estar a solas en su presencia confiable, posibilitando experienciar (término que intenta nombrar la experiencia tomando en cuenta las variables tiempo y continuidad) una soledad sin tensión. 
Lic. María Elena De Filpo Beascoechea
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Fotografía: Mariela De Filpo Beascoechea
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viernes, 12 de febrero de 2016

Los modelos de funcionamiento interno sobre el cuidado


Los bebés dependen completamente de los cuidados del adulto. Es muy importante para ellos comprender cómo funciona el cuidado.
Así como veníamos diciendo en spost anteriores, que los bebés van aprendiendo a lo largo de la experiencia, que las personas actúan de diferente manera porque hay distintas mentes, así también, van desarrollando modelos de funcionamiento interno de cómo les van a responder las personas. Son los mapas causales del cuidado.
Los bebés seguros, aprenderán por la experiencia, que el adulto acudirá en su ayuda para hacer que se sientan mejor, porque sus cuidadores habrán respondido rápidamente consolándolos cuando estuvieron tristes.
Los bebés que llamamos evitativos o evasivos, aprenderán a no causar problemas al adulto y por tanto tratarán de no expresar la angustia, porque sus cuidadores probablemente no han reaccionado con  consuelo a la angustia del bebé.
Los bebés ansiosos, dudan de la efectividad de la conducta adulta para calmarlos porque probablemente sus cuidadores han respondido con mucha angustia ellos mismos ante la angustia del bebé. Por todo ello, es tan importante la información que el bebé va adquiriendo sobre la gente que lo rodea.
Estos aprendizajes se darán por tener madres, padres o cuidadores con determinadas capacidades parentales y características para vincularse que dependerán también de sus propios esquemas referenciales, experiencias con sus cuidadores y el tipo de apego que han desarrollado. Por ello decíamos anteriormente, que es interesante el trabajo sobre los modelos de apego de los cuidadores para mejorar la crianza. Cuidadores que respondan más o menos rápidamente o efectivamente a las señales de angustia del bebé, proporcionarán una experiencia diferente que hará que un bebé tenga un tipo de apego seguro, evitativo o ansioso con ese cuidador, y un tipo de apego  diferente al que mantenga con otra persona significativa. 
Con esta información, podemos entender por qué es mejor que un bebé tenga experiencias y establezca vínculos de apego con varias personas, por ejemplo, el padre, la madre y abuelos, ya que con cada una tendrá una experiencia diferente de cómo el adulto acudirá en su auxilio cuando lo necesite y cuánto puede confiar en que expresar la angustia producirá una respuesta efectiva del adulto. Esta multiplicidad de experiencias de apego posibles, le otorgan una riqueza mayor de respuestas esperables.

Autora: Lic. María Elena De Filpo Beascoechea
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lunes, 1 de febrero de 2016

Influencias recíprocas en las interacciones

                                              
Los seres humanos actuamos sobre nuestro mundo social provocando modificaciones, lo moldeamos, pero también el mundo social nos moldea a nosotros.
La multiplicidad de interacciones entre las personas y su entorno comienza en la niñez temprana. Los niños moldean su mundo y ese mundo los moldea a ellos. Los niños influyen sobre sus padres tanto como los padres influyen sobre sus hijos. Esto está causado por las diferencias individuales de los niños, que provocan diferencias en los modos de actuar de los padres. Podemos verlo claramente en los casos de hermanos, en que sus padres, siendo los mismos, reaccionan de forma diferente e interactúan poniendo en juego características distintas con cada uno de los hermanos, generando cualidades específicas en el vínculo con cada uno.
Por eso, decimos que los hermanos pueden tener distintas madres, aunque éstas sean la misma persona. Para poder mejorar los aspectos de la crianza, los papás y mamás o los cuidadores responsables, verán que, en cada caso, habrá que analizar qué aspectos de su personalidad, carácter o emocionalidad, ponen en juego con cada niño, porque, aunque hagan lo mismo, a cada uno le llegará de diferente manera, y su interacción será necesariamente específica.

Uno de los modos en que contribuimos a mejorar la crianza, en Proyecto Piuquén, es trabajando con los padres, madres o cuidadores responsables, los aspectos relacionados con la historia vincular con sus propios padres o cuidadores. Sumamos a ello, un análisis minucioso de las interacciones madre/padre/cuidador/hij@ y una comprensión más profunda de las influencias mutuas que condicionan respuestas automáticas en algunos casos y más o menos conscientes, en otros. Respuestas que a su vez predisponen al hijo a responder de determinada manera que retroalimenta un circuito de interacciones recíprocas. En este tipo de análisis incursionamos en el nivel de las motivaciones inconscientes, los deseos, las expectativas, los miedos, las angustias, las fantasías.

Autora: Lic. María Elena De Filpo Beascoechea
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Fotografía: Mariela De Filpo Beascoechea
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