miércoles, 25 de noviembre de 2015

El hijo real no es el hijo soñado.

Los que deciden ejercer la maternidad o la paternidad,
la van ensayando durante su vida, al recibir, como hijos, los cuidados de sus padres, al descubrir el tipo de relación que mantiene cada uno, aprendiendo a discriminar qué les hace bien y qué les hace mal, y también. Jugando a ser madres o padres. En este mundo de representaciones de las que venimos hablando, el bebé soñado lo imaginamos desde diferentes roles: soñamos de qué forma será como hijo, como hermano de sus hermanos, como nieto de nuestros padres, seguramente de acuerdo a la experiencia que hemos tenido desde estos roles en lo personal. Este bebé representado tiene una larga historia, más allá del momento en que planeamos su existencia. Durante el embarazo, la representación del bebé en la mente de la madre, del padre, de los abuelos, se va transformando. En la madre, el desarrollo de estas representaciones, va creciendo hasta el séptimo mes de embarazo, allí se detiene. Entre el séptimo y el novenos mes las representaciones del bebé en la mente de la mayoría de las madres, se desdibuja o se detiene, según se ha estudiado en psicología del desarrollo y las interacciones. Las conclusiones al respecto son, que las madres detienen su imagen soñada del bebé, unos meses antes del nacimiento, como modo de proteger a su hijo/a, a sí mismas y al vínculo entre ambos, del impacto que supondría, la potencial discrepancia entre el bebé real y el bebé soñado, que se produciría en el encuentro. Este proceso se da de forma inconsciente y facilita un encuentro Madre-bebé, lo más libre posible de condicionamientos.

Lic. María Elena De Filpo Beascoechea.
Licencia: todos los derechos reservados.
Fotografía: Mariela De Filpo Beascoechea
Licencia: todos los derechos reservados.

lunes, 16 de noviembre de 2015

Hablando de Crianza: 1 -El Mundo representacional y la calidad de la relación

“Probablemente, el mundo representativo, se parezca más a un montón de cortes de películas que a un montaje de fotografías o de palabras”
Daniel N. Stern  “La constelación maternal”

(Aclaración: Voy a usar los términos:
  • “parental” o “padres” para aludir a la función maternal y paternal,
  • el término “maternal” para hablar también de la función tanto que puede desempeñar un padre o una madre o cualquier persona que críe al bebé,
  • “madre”,  función que pueden cumplir tanto el padre como la madre
Esta aclaración la hago para que no se interprete en ello ninguna discriminación de género sino que lo hago para simplificar la trasmisión)

El valor de la familia en el desarrollo temprano. De la implicación al compromiso.

Cuando unos padres detectan ciertas manifestaciones emocionales o de conducta, preocupantes en su hijo o hija y no pueden dar solución al problema, si se animan, piden una entrevista psicológica para queveamos al niño.

¿Qué idea traen los padres a consulta, en mi caso, psicoanalítica?
La idea será que nosotros, los psicoterapeutas, observaremos al niño y podremos así desvelar aquello que está detrás, debajo u oculto en la mente del niño que es “el” motivo de sus conductas desajustadas. 
Ellos dejarían al niño en la consulta profesional y luego volverían a buscarlo.
El psicoterapeuta les informará o hará una devolución (en esa misma o luego de varias entrevistas) y ellos se apropiarán de esta información sobre lo que “le sucedería” al niño tratando de entender y poder dar respuestas adecuadas al problema. Y así a lo largo de un tratamiento.